HOMILÍA DE S. E. MONS. VÍCTOR SÁNCHEZ ESPINOSA,
ARZOBISPO DE PUEBLA,
PRONUNCIADA EN LA MISA DOMINICAL EN CATEDRAL
28 DE AGOSTO DE 2011
En la Primera Lectura, escuchamos el quinto y último de los reclamos que Jeremías hace a Dios sobre la misión que le encomendó y que sólo le trajo dificultades, sin embargo Jesús percibe la presencia de Dios en su misión de profeta y le dice a su Dios: "Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir, fuiste más fuerte que yo y me venciste, he sido el hazmereír de todos; día tras día se burlan de mí , desde que comencé a hablar he tenido que anunciar a gritos violencia y destrucción. Por anunciar la palabra del Señor, me he convertido en objeto de oprobio y de burla todo el día. He llegado a decirme: «Ya no me acordaré del Señor ni hablaré más en su nombre». Pero había en mí como un fuego ardiente, encerrado en mis huesos; yo me esforzaba por contenerlo y no podía.>> (Jeremías 20, 7-9). Este es el reclamo que el profeta dirige a Dios, sobre la misión que no escogió pero que Dios le encomendó, y a pesar del cual, Jeremías percibe la presencia de Dios en su vida y en su vocación de profeta.